Sobreponiéndose a la desidia e ineptitud de los padres, Pablo aprendió a leer solito. Durante semanas preguntaba "qué dice ahí" en carteles, papeles, ropa, etc., y se ve que fue registrando en ese melón gigante que tiene por cabeza. El martes a la noche jugando con cubitos con letras nos sorprendió leyendo una palabra, y después otra, y después otra, y mas, y no lo podíamos creer, pero se ve que se dio cuenta que no puede esperar mucho de nosotros y se cortó solo. Por si usted no lo cree:
